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Vicente de la Varga es director del Centro Avanzado de Medicina Deportiva Migue Fernández

Vicente de la Varga

Director del Centro Avanzado de Medicina Deportiva

«Lo ideal es combinar el entrenamiento de fuerza y la actividad cardiovascular»

Salud es Más ·

Vicente de la Varga predica con el ejemplo. Poco antes de la entrevista se ha roto el tobillo y llega a la cita con el pie recién operado y un aparato ortopédico que le permite caminar sin apoyar la articulación

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Miércoles, 28 de septiembre 2022, 13:48

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Vicente de la Varga predica con el ejemplo. Acaba de romperse el tobillo y llega a la entrevista con el pie recién operado y un aparato ortopédico que le permite caminar sin apoyar la articulación. Director del Centro Avanzado de Medicina Deportiva (CAMDE), consultor de la Real Federación Española de Natación y de las federaciones andaluzas de Baloncesto y de Fútbol, De la Varga es especialista en traumatología deportiva y medicina regenerativa. Dos ámbitos en los que reivindica la necesidad de mantenerse activos. Como él mismo.

- Como traumatólogo deportivo, suele aplicar técnicas y tratamientos muy innovadores, que en muchos casos ni siquiera están aún al alcance de los pacientes convencionales. ¿Vive ahora lo que será el futuro de la medicina para el resto de la sociedad?

La traumatología deportiva siempre se ha caracterizado por ser la vanguardia de muchas cosas. El deporte significa desafío, romper metas, siempre está un poco por delante, buscando romper esa barrera. Por eso muchas de las técnicas que después se aplican en la traumatología convencional se han iniciado antes en la traumatología deportiva, el caso más claro es la artroscopia, la cirugía con pequeños agujeros y con cámaras. Eso se inició para los deportistas.

- ¿Qué otros avances de la traumatología deportiva han acabado aplicándose en el resto de los pacientes?

Sobre todo, lo que tiene que ver con la recuperación funcional. Antes, cuando tratabas una fractura, eran largos tiempos de reposo. El caso más claro fue el de Maradona, cuando tuvo una fractura de tobillo muy severa en 1978. En aquellos tiempos eso conllevaba una cirugía y seis meses de recuperación. Con él aplicaron los principios de la recuperación funcional y en tres meses se había recuperado. Eso es lo que hacemos ahora con todos los pacientes.

- Y ya que habla de pacientes y de deportistas de alto nivel, ¿qué tipo de paciente son los deportistas de élite?

De todo hay. El deporte de alto nivel es muy variado. Están los deportes de equipo, que mueven más dinero y otro tipo de intereses, y el deportista solitario, sobre todo el atleta. El caso por ejemplo de Borja Vivas, que tuvo una lesión importante en el tendón rotuliano, que lo llegó a retirar y el tío siguió peleando, siguió entrenando, se acabó operando y curando y volvió a ganar el Campeonato de España al año siguiente. Es uno de esos ejemplos de superación. Un entrenamiento de uno solo con una bola de hierro en un campo. Día tras día. El perfil de los deportistas es muy variado y depende de la disciplina a la que se dediquen.

- Menciona a Borja Vivas y el dolor. ¿Qué relación tenemos con el dolor?

Ha variado para mal. El dolor es algo que nos va a acompañar toda la vida y básicamente es un signo de alarma de que algo va mal. Muchas veces nos empeñamos demasiado en evitar el dolor. El dolor hay que controlarlo, no se debe vivir con dolor, se lo digo a los pacientes. Uno no debe sufrir dolor, pero siempre tienes algo, un resquemor, cuando sufres una lesión. El tema es que te hayan explicado que ese dolor no es malo. Cuando tienes en casa una alarma de incendio sonando y sabes que no hay un fuego, esperas a que deje de sonar porque no te angustia. El dolor es igual. Cuando tienes dolor, pero sabes ese dolor no significa que algo malo está pasando, tu ansiedad se calma y ese dolor lo controlas mejor. Si no sabes por qué está ocurriendo ese dolor, te sube una ansiedad tremenda que hace que el dolor se multiplique. Por eso quizá el papel de los médicos no es solamente calmar el dolor con medicación, sino explicar el porqué de ese dolor y que no tiene mayor importancia. Yo estoy recién operado. Sé que el dolor viene de esa operación, bueno, ya pasará. Estamos un poco obsesionados con estar libres de dolor y eso tampoco es necesario. El dolor no tiene que ser necesariamente malo.

- Sigamos un poco más hablando del dolor, ¿cuál es la peor lesión a la que puede enfrentarse un deportista?

Sobre todo, la articular. El deporte de élite no es un tipo de deporte sano, porque conlleva mucha sobrecarga muy continuada. En el cuerpo, lo realmente importante son las articulaciones, que es lo que permite el movimiento. El desgaste de esa articulación conlleva una artrosis y la artrosis tiene una solución regular. Cuando las lesiones afectan a la musculatura, a los tendones... el pronóstico suele ser bueno. Las lesiones que afectan a la articulación, una fractura de la meseta tibial, una lesión de un menisco, que hace que esa articulación se desestabilice, a la larga acaba llevando una degradación de esa articulación. Esas sí son graves, porque la vida deportiva y la vida normal de una persona la van a ir acortando.

- Y en el caso de un deportista de alto nivel, ¿cuál es la lesión que más teme?

Una fractura articular. Para casi todo lo demás tenemos una solución. Un ligamento cruzado se arregla, una rotura de menisco, una rotura muscular... pero una fractura que afecte a la zona articular y que encima tenga pequeños fragmentos condena al deportista a tener ahí una artrosis precoz. Esa es la que más miedo me da.

- ¿Alguna zona en especial?

Quizá las rodillas, porque es el punto medio. El tobillo tolera muy mal las lesiones, porque es punto en el cual toda la carga del cuerpo acaba pasando por ahí. Entonces es más puñetero, porque no permite muchos errores. La rodilla es la que tiene más rango de movilidad y quizá sea la más delicada.

- Hemos hablado de deportistas de alto nivel. Hablemos ahora de deportistas 'nivel usuario', de esas personas que quizá han tenido un hábito deportivo en la juventud, que después lo dejan y lo recuperan ya en la madurez. ¿Qué consejos daría para que ese reinicio no se convierta en un campo abonado de posibles lesiones?

En los años que llevo dedicándome al tema deportivo he visto una evolución interesante, que es justo como lo que has contado. Habitualmente, entre los 20 y los 30 años haces ejercicio, porque te lo pide el cuerpo. Luego a los 30 te casas, tienes un trabajo, tienes niños y la vida no te permite hacer deporte. Bueno, ahora la cosa no es exactamente así y lo normal es que con 40 no tengas hijos todavía... Entonces, cuando uno llega a los 40, ha echado un poco de barriguita, va al médico y le dicen que tiene el colesterol un poquito alto. Entonces la gente suele volver a hacer ejercicio, pierde peso, se encuentra mejor, empieza a generar las endorfinas que le dan bienestar. He visto la evolución del que no ha hecho nada y con 40 o 40 y pocos ha empezado a trotar, a correr, ha hecho los 10 kilómetros en grupo, las media maratones y luego da el salto y hace un par de pruebas largas. Después se dan cuenta de que eso requiere mucho tiempo y pasan al triatlón, que es una de las grandes explosiones que ha habido en los últimos años.

- ¿Es mejor recomendar para esos deportistas maduros la actividad según la edad o según el estado físico?

Lo que está claro es que con la edad vamos perdiendo fuerza y resistencia. El cuerpo humano no está diseñado para grandes intensidades, necesita hacer ejercicio, pero en intensidades medias o bajas y más o menos continuas. Al cuerpo humano lo que no le van bien son los cambios de ritmo rápidos o las intensidades importantes, por eso el deporte de élite no es sano, porque supone una sobrecarga de mucha intensidad durante mucho tiempo. Habitualmente un deportista con 35 años es un viejo articular, porque ha ido acumulando lesiones. De los muchos futbolistas que he visto en el Málaga a lo largo de los años, lo normal es que cuando se retiran con 36 o 37 años, tengan unas rodillas que le van a dar problemas el resto de su vida. El deporte de alta intensidad no es sano. Lo ideal es una combinación de una parte cardiovascular para tener resistencia, pero sobre todo trabajar la fuerza. Lo que más se va perdiendo con los años es la fuerza muscular, que es lo que nos permite movernos.

- ¿Cómo se trabaja esa fuerza?

Con pesas, o bien con tu propio peso. Eso es lo fundamental para que la gente se mantenga. Veo en la consulta personas de 80 años que están estupendamente jóvenes y es porque no se han parado nunca. El problema con el tiempo es que las hormonas, sobre todo en el hombre con la testosterona que mantiene la musculatura, se va perdiendo de forma progresiva. En un parón de tres meses por el motivo que sea, pierdes esa musculatura y luego cuesta muchísimo recuperarlo. Aunque sea en menor intensidad, si haces ejercicio de manera continuada, la vida será más larga y bastante mejor.

- Eso enlaza con otra de sus especialidades, la medicina regenerativa. ¿Cuáles son los consejos básicos para tener un envejecimiento saludable?

A mí la medicina regenerativa me interesó siempre, porque está muy ligada al deporte y ha sido el deporte la que más la ha lanzado y se está ahora reportando al resto de la medicina. La medicina puede trabajar en dos direcciones: arreglar cuando el problema ya está presente o tratar de prevenirlo o frenarlo. En la parte final, cuando ya está la patología instaurada, cuesta más avanzar. Tecnológicamente hemos avanzado mucho, pero seguimos poniendo las mismas prótesis que cuando yo empecé en esto. A lo mejor ha variado la metalurgia, pero las prótesis son básicamente las mismas. Técnicamente parece que no hay limitaciones en la tecnología, pero no hay mucho que seguir avanzando. La idea es irse al principio y ahí es donde entra la regeneración. Nosotros no curamos la artrosis, pero la articulación tiene el cartílago que es lo que permite que se mueva, el inicio del desgaste de ese cartílago es el inicio de la artrosis y ahí es donde la medicina regenerativa tiene mucho que hacer. En los primeros estadíos. Es como un coche, los rayones de la chapa los puedes quitar con mayor facilidad que los 'bollos'. Esa es la idea. En esa parte inicial, de hecho, es donde más se está publicando en el mundo de la traumatología en los últimos años, en la parte regenerativa.

- ¿Por dónde va ese futuro de la medicina regenerativa?

En hacerlo simple y accesible a todas las personas. De hecho, es así. Nosotros utilizamos mucho un tratamiento que es el plasma rico en plaquetas, que se puso de moda hace 15 años, porque se lo pusieron a (Rafa) Nadal en la rodilla. Eso, al fin y al cabo, es tu sangre trabajada para sacar un tipo celular muy específico, que son las plaquetas, que tienen una capacidad de crecimiento que permite regenerar cosas. Eso hay que hacerlo más accesible, que no sea un tratamiento caro o limitado a quien puede acceder a él.

- ¿Qué mecanismos serían necesarios para esa democratización?

Sobre todo, la información, porque cuanta más información haya y más demanda haya, eso hace que se democraticen las cosas.

- Y ya por último, ¿para vivir más, antes tenemos que vivir mejor?

Sí, hay que vivir mejor. Aquí se trata de saber que lo importante es cuidarnos. Lo echo de menos en los colegios, que haya una asignatura de nutrición y de educación física; o sea, de cómo cuidarnos. Hay que saber comer. Al fin y al cabo, somos lo que comemos. Y cómo hacer ejercicio de forma racional durante nuestra vida. Somos una máquina que hay que cuidar y eso se nos olvida. Si nos cuidamos, viviremos más años y viviremos mucho mejor.

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