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Abraham Benzaquén, Jefe del servicio de Medicina Estética de Vithas Málaga

Abraham Benzaquén: «Más que las arrugas y las manchas lo que envejece es la forma de la cara»

«Te veo muy bien, pero no sé lo que te has hecho». A eso aspiran la mayoría de los pacientes que recurren a la medicina estética para rejuvenecer su rostro»

/ Pedro J. Quero
Ana Barreales

Lo que buscan la mayoría de los pacientes que recurren a la medicina estética para mejorar su rostro es que les digan: «Te veo muy bien, pero no sé lo que te has hecho». Una  aspiración que Abraham Benzaquén, jefe del servicio de Medicina Estética y longevidad saludable de Vithas Málaga , resume en un equilibrio entre efectividad y naturalidad.

-¿Qué es lo que más delata los signos de la edad en una cara?

-Lo que más delata los signos de la edad es la forma de la cara, aunque todos pensamos que son las arrugas y las manchas. Al envejecer vamos perdiendo ese rostro ovalado de la juventud. Esos son los primeros signos a los que no prestamos atención, pero es lo que deberíamos tratar primero.

-¿Qué tratamientos hay para eso?

-Fundamentalmente los inductores del colágeno para evitar que continúe esa caída por efecto de la gravedad. Y luego hay otros  para revertirla, lo que llamamos la redefinición del óvalo facial: levantar toda la zona y marcar más la línea de la mandíbula, que ahora se hace mucho con hilos tensores. Tenemos varias técnicas que hemos desarrollado nosotros, como el lifting BQ, que aplica unos hilos bidireccionales de doble aguja, que no son nuestros, pero lo que sí es especial es la forma de colocarlos, ya que consigue una perfecta redefinición del óvalo facial, que dura uno dos años. Y no necesita recuperación porque es una técnica no quirúrgica que hacemos en una camilla en 45 minutos. Los hilos tratan el contorno de la cara, y, además mejoran todas las arrugas que hay en los laterales del rostro.

-¿Es dolorosa? ¿Se puede ir a trabajar al día siguiente?

-Se puede hacer a mediodía y volver a la oficina por la tarde. Esa es la ventaja en general de la medicina estética, que podemos seguir con nuestra vida cotidiana.

-¿Que otros tratamientos destacaría en cuanto a firmeza?

-Hay miles de tratamientos, como la mesoterapia, que consiste en la inyección de distintos nutrientes en el rostro mediante dermapen, a través de pequeñas agujitas que abren canales en la piel para introducir una serie de vitaminas. Aquí también tenemos una técnica especial: personalizamos muchísimo lo que ponemos en el rostro de cada persona. No sólo depende de la zona y del paciente, sino del momento en que esté. Utilizamos infinidad de componentes: vitaminas, coenzimas, glutatión, agentes seborreguladores, despigmentantes factores de crecimiento epidérmico, ácido hialurónico no reticulado,... y jugamos con las proporciones en cada cara para suavizar las arrugas y las marcas de acné y dar más vitalidad y consistencia al rostro.

-¿Y en tratamiento de arrugas qué es lo que mejor funciona?

-Fundamentalmente tratamos con neuromoduladores las arrugas de expresión del tercio superior para relajar la musculatura. Su nombre comercial es el botox y es el tratamiento rey, junto con la aplicación de distintos implantes mediante pequeñas inyecciones, sobre todo de ácido hialurónico. Hay arrugas que se deben a la sobre gesticulación y el botox permite relajar esa expresión. Luego el ácido hialurónico se emplea para rellenar la pérdida de soporte en la forma de la cara. Con la edad vamos perdiendo grasa y los huesos y la grasa van cambiando de localización. El ácido hialurónico permite simular y recuperar esos volúmenes que hemos perdido.  Se hacen tratamientos no solo para rejuvenecer, sino para embellecer. Hay pacientes que no hayan perdido el soporte del pómulo, sino que nunca lo han tenido. Hay que hacer una valoración y ver lo que les puede venir bien huyendo de lo que llamamos ‘la huella estética’, cambiar las facciones de una persona por el uso de la medicina estética. De eso huimos totalmente y es una de primeras líneas en la política de nuestras clínicas. Que los amigos de ese paciente le digan: «Te veo muy bien, pero que no sé lo que te has hecho». Eso es lo que buscan la mayoría de los pacientes. Después hay algunos que quieren hacerse unos labios, unos pómulos y que todo el mundo lo sepa, pero ese no es nuestro perfil de pacientes.

-¿Qué recomienda para verse mejor y no pasarse con el botox?

-Hay que hacer una evaluación exhaustiva del paciente, escucharle y  ver la percepción que tiene de sí mismo. Y después proponerle un plan de tratamientos con un buen equilibrio entre efectividad y naturalidad. En las arrugas de expresión hay que ir sin prisas y menos es más. Hacemos el tratamiento, e intentamos dar una cita a las dos semanas para un posible retoque, porque yo siempre prefiero que me pidan a las dos semanas que necesitan un poquito más a que digan que un poquito menos, que es más complicado.

-¿Y qué qué se puede hacer con las manchas por efecto del sol u otros motivos?  

-Si en todos los casos es importante ponerse en manos de un médico en las manchas más aún, porque primero hay que hacer una valoración de que no sean un cáncer de piel. Una vez que vemos que son de estética ya tratamos sobre todo con láseres y con peelings químicos. Con un láser que se llama KTP, con láser de Alejandrita  o con el famoso IPL o luz intensa pulsada, pero con unos filtros de fluorescencia que van a optimizar la energía que aplicamos a la piel para que sea más efectiva. Y en peelings químicos trabajamos con decenas de distintos ácidos y en distintas proporciones, dependiendo del estado de la piel, de la persona y de la zona. Los tratamientos de manchas normalmente necesitan un tiempo de recuperación: después de los láseres puede haber una rojez en la cara que dure un par de días. Y hay determinados peeling que pueden provocar un pelado de la piel durante tres a cinco días, los mismos síntomas que en una pequeña quemadura solar, aunque curiosamente aquí estamos revirtiendo el daño que ha producido el sol, pero el resultado posterior merece la pena.

-Sigue habiendo más mujeres que hombres que recurren a la medicina estética.

-Sí, aunque está aumentando el porcentaje de hombres. Y cada vez es más demandada por jóvenes, sobre todo para redefinir labios, dar soporte  a los pómulos y  trabajar las arruguitas de expresión.

- ¿Por dónde puede empezar una mujer en torno a 40 años que quiera mejorar su aspecto?

-Hay que valorar cada caso, pero si nunca se ha hecho nada, recomendaría sanear la piel con peeling químicos para quitar las posibles lesiones premalignas que pueda haber o manchas del sol y después nutrir la piel con tratamientos de mesoterapia. Y  luego valorar dónde ha perdido volúmenes y si le conviene relajar esa expresión endurecida en el tercio superior.

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